sábado, 25 de octubre de 2008

Desahogo

Nisiquiera puedo ordenar mis pensamientos para tratar de escribir.
Todo este cúmulo de emociones enclaustradas se abalanzan sobre las pocas ideas que mi cerebro puede digerir, disolviéndolas como la sal en el agua...
Al final todo termina atrapado en mi pecho, provocando un sentimiento que aun no logro definir... pero que me duele...
Por más que intento, no logro discernirlos para lograr entender de qué se trata...
Lo único que entiendo y sé, es que las ganas de llorar regresan una y otra vez.
¿Cuánto tiempo durará en mi mente este abrazo?...
Ese beso... ese tiempo fugáz que me regalaste?...
¿Cuánto tiempo tardará mi corazón en darse cuenta que todo ha terminado?...
Paso el día deseando que me des una segunda oportunidad
Hoy por hoy, no hay distracción que te saque de aqui...
mi mente no logra apartarse de tu imágen, y me implora mirar tu sonrisa.
¿Por que fui tan ingenuo?, tan ESTUPIDO para decir esas palabras...
La falta de experiencia me hizo tan vulnerable, y ahora estoy pagandolo
Sé que algun día encontraré paz...
Lograré superarlo, y seguir adelante...
Pero es difícil ver la realidad al final del día
No dejo de preguntarme a donde se irán todas esas promesas?
¿acaso no valen nada?...
Fueron solo promesas que hoy se perderán como lágrimas entre la lluvia..

Nunca te olvidaré...

jueves, 16 de octubre de 2008

Ayer soñé

Ayer dormí profundo
soñé que quería
lo que quería
cuando desperté

todo era tan real
todo era un sueño
todo era verdad
cuando desperté

y sin embargo quiero volver a dormir
soñar lo mismo una y otra vez
aún cuando en esos momentos
siempre sueñe que no estas aquí


el sueño es justo como la realidad
solo que aquí ya no despierto
el sueño es justo como mi vida
solo que aquí, ya no hay salida

quiero dormir
volver a dormir
pues se que aquello un sueño fue
y se que esto es realidad

ayer soñé que aún quería
lo que hoy desperté y aún quiero
y nada ha cambiado,
todo sigue igual

quiero dormir
volver a dormir
pues se que aquello fue un sueño
y se que esto es realidad

y no se el objetivo
solo sé que en este tiempo y espacio
todo es más frío, y bien real
y aunque se que estoy perdido...

No te dejaré de amar...

lunes, 13 de octubre de 2008

Cronica de un encuentro sin anunciar

Y ahí estaba yo...

El reloj marcaba las 12:10 de la madrugada cuando decidimos entrar a una taquería con la intención de saciar el hambre ocasionada por horas y horas de gritar, cantar y tomar cerveza. Bajamos del auto observando la peculiaridad de un letrero naranja encendido que anunciaba “Tacos de 1 peso”. Abriéndonos paso entre la gente que esperaba en la entrada también su comida logramos por fin ver el interior de un descuidado local.

La vida es una cosa muy extraña, y por más que insistas en decir que lo has visto todo, ella siempre encontrará la manera de sorprenderte en el momento más adecuado… o el más inadecuado, si sueles ser tan obtuso y rebuscado como yo!.

Después de un día de compartir historias propias en un fugaz viaje al pasado; después de escuchar el pasado ajeno, y sentirme más cerca de aquellos amigos extraños, un instante de mi pasado me alcanzó en el presente.

Al fondo de aquél local, compartiendo la mesa con 2 amistades, vislumbré al rostro del destino mostrando como siempre su mejor sonrisa, mientras trataba al igual que yo, de disimular su sorpresa al verme entrar por aquella puerta.

Cabe señalar que ninguno de los dos tuvimos demasiado éxito, pues nos delató esa mirada fija, constante y perturbadora que aparece cada que nuestros caminos se cruzan de manera ocasional. Y es que durante breves instantes de tiempo, el destino juega a repetirme esta broma absurda una y otra vez.

Trabaja en un súper mercado al que acudo con mis padres mes a mes para comprar la despensa. Desde la primera vez que nos vimos, la historia se repite de forma exasperante. Clavamos nuestras miradas como cuchillos, pero sin detener de ninguna manera nuestra propia actividad. Por breves instantes de tiempo no hay nadie más alrededor, hasta que alcanzo el final del pasillo, doy la vuelta, y nos perdemos de vista. “¡Hasta la salida entonces!”.

Durante la despensa de este mes, la vida decidió que era momento de un cambio, y en esta ocasión al llegar al súper, mi sorpresa fue su ausencia del pasillo de bienvenida. Busqué y busqué sin éxito aquél uniforme azul y al no encontrarlo, pensé: “Creo que tendré que esperar otro mes”.

Pero no tuve que hacerlo. En aquél descuidado local de tacos me topé con su mágica sonrisa vestida aún en su uniforme azul de trabajo, mirándome fija y disimuladamente sobre los hombros de sus amigos.

Jamás habíamos pasado tanto tiempo mirándonos. Jamás nos habíamos declarado tantas sonrisas. No había pasillo en el cual dar la vuelta. No había más lugar al que ir. Estábamos ahí. Platicando. Comiendo. Y sin dejar de mirar...

No tiene mayor ciencia una historia como la que les relato. Seguramente a más de uno le ha sucedido algo similar.
La duda que me ataca en estos momentos, es si debo o no dar el siguiente paso después de tan obvia demostración de interés mutuo. La última vez que me sucedió algo parecido, logré una llamada telefónica, que se convirtió en horas de plática. Una cita, y por último un café.

Una plática personal e íntima, bastó para destrozar la ilusión y hacerme caer en la realidad.
¿Qué clase de cosa es la que sucede en la cabeza que nos hace suponer que una sonrisa y una cara bonita son suficientes para relacionarte con alguien?

No es algo que me haya pasado una sola vez... y aunque los resultados no hayan sido los deseados en el pasado, debo aceptar que por enésima vez, esto no me detendrá.

Cuando salí de la taquería, me despedí con una mirada que no pudo haber sido mejor correspondida... y que mantuvimos hasta el último segundo cuando el coche arrancó dejando atrás el momento.

Esperaré al 1 de noviembre para ir por la despensa. Cuando entre y vea tu sonrisa de nuevo, sabré que hacer. ¡Probaré suerte de nuevo!.. Y que esa sonrisa se convierta en lo que se deba de convertir!...

miércoles, 8 de octubre de 2008

"Cuando el futuro me alcance..."

Normalmente no soy una persona que viva del pasado. Normalmente archivo las cosas, y me gusta mirar hacia adelante, pero por alguna razón estos últimos días he tenido muchos "flash backs".
Espero que esto no se vuelva una costumbre (hablar de pasado), por que si no este blog terminará siendo muy monótono, pero en verdad me nació escribir sobre "mi cajita"... así que aquí voy!

********************************************

A causa de una reparación telefónica en mi casa la semana pasada, mi cuarto quedó en un estado más desordenado y sucio de lo habitual. No es que sea yo muy extremista con esto de la limpieza y el orden, pero también es cierto que hay que tener límites, así que durante la mañana del sábado decidí que el desorden era un buen pretexto para limpiar y deshacerme de cosas que solo hacen bulto y que siguen aquí por pura costumbre.

No valdría mucho la pena describir la cantidad inexplicable y absurda de basura que saqué del rincón que elegí limpiar en esta ocasión, solo les diré que fue algo de verdad impresionante. Mientras sacaba cajas, cables y aparatos viejos, decidía uno a uno si volvería a guardarlos o era momento de deshacerme de ellos.

Cuando la evaluacion alcanzó una vieja caja de zapatos al fondo del clóset, no pude evitar pensar que sería interesante decidir sobre su estancia en mi habitación, pues la vieja caja vive en ese rincón desde hace más de 12 años. Su razón de ser: albergar objetos con algún valor sentimental para mí.

No ha pasado tanto tiempo desde la última vez que eché algo a esa caja, pero vaya que ha pasado mucho tiempo desde que me tomé el tiempo para abrirla y tratar de recordar la historia de cada objeto en su interior.

Cuando tomé la caja vino a mi cabeza la frase de una canción de moenia que dice: “Dime si a un año de aquí, lo que hoy importa sigue ahí…”

La abrí y comencé a tomar objetos. Uno a uno revivían desde el fondo las sensaciones más extrañas mientras recordaba la circunstancia por la que había ido a parar a ese lugar. Un par de cajetillas de cigarro vacías, una de ellas con una leyenda en clave que ya no recuerdo qué significa, envolturas de regalos, dibujos, hojas de libreta rayadas con mensajes escritos a mitad de alguna clase, fotografías viejas, y negativos sin revelar de mi vieja y ahora difunta cámara nikon. La carta de un viejo amigo, un par de prendas de ropa, y decenas de objetos a simple vista sin sentido provocaban uno a uno que mi máquina del tiempo personal me transportara al presente de otros tiempos.

No acabo de explicarme cómo es que han pasado más de 12 años desde que comencé a echar recuerdos en esta caja, y menos me explico la sensación tan curiosa de observarlos y tocarlos.

El poder remontarme a esa edad, y recordar al adolescente lleno de ideales, planes y sueños, es algo que irremediablemente se vuelve terapéutico y a la vez perturbador. Si un adivino me hubiera dicho a los 15 años: “Terminarás una carrera, tendrás un trabajo y tu vida será “de esta manera””, seguramente habría salido corriendo a cortarme las venas (ya en otro tiempo les contaré sobre mi sueño frustrado de ser cantante!).
Sin embargo, el día de hoy que “el futuro” me ha alcanzado, puedo decir que me gusta mi vida, aunque no se parezca en nada a lo que me imaginaba en ese tiempo. Y debo reconocer que la frase de la canción de moenia tiene más sentido del que alguna vez pensé.

De todas las personas, sueños e ideales que mi memoria evoca al mirar y tocar cada objeto, encontré muy pocas que siguen de alguna forma presentes en mi vida; a pesar de mis traumas, mi llanto y mi frustración al perder a cualquiera de ellos, hoy ya no están. Son solo parte de una caja en el rincón del clóset, y un buen sentimiento en mi corazón.

Durante esos breves momentos que dediqué para viajar al pasado, recordé el amor por muchas personas a las que aún hoy sigo queriendo demasiado... Después de esa reflexión, lo decidí muy fácilmente: La caja se queda.

Creo que lo que sigue a continuacion es tener ideales, planes y más sueños aún. Luchar por ellos, y esperar a que “el futuro me alcance” nuevamente para ev aluar el saldo final de otro ciclo.

Seguiré echando objetos en esa caja hasta que deba conseguir una más grande, y si todo sale bien, tal vez la siguiente ocasión que se abra, recordaré el triple de cosas y viviré nuevamente; agradecido por una historia… ¡Mi historia!... La que me hizo quien soy hoy, y que se sigue escribiendo para saber quien seré mañana!...

martes, 7 de octubre de 2008

¿Para qué guardar recuerdos?

Vaya que es difícil mantener un blog. Lo digo con todas las letras, aún cuando el mío tiene tan poco de haber nacido.
Y es que el problema (al menos de momento) no es el tema para escribir... sino a qué hora escribirlo!.
Por alguna extraña razón, se me ocurren 452 ideas interesantes al día, pero casualmente siempre , o voy en el carro, o estoy en el trabajo con otras 927 cosas en las que pensar, o sencillamente estoy en un lugar inoportuno para guardarla en algún lado. Al final, para cuando digo: "Aquí voy" usualmente la idea ya se ha esfumado.

Supongo que tendré que comprar una grabadora o algo así si espero que esto prospere!.
Como sea, hoy les dejo esta entrada llamada "¿Para qué guardar recuerdos?" que se me ocurrió cuando oportunamente me encontraba frente a mi PC.
Saludos, y gracias por leer!!

***********************
¿Para qué guardar recuerdos?

Quedarse clavado en el pasado puede hacerte perder la razón. Añorar aquello que ya se ha ido, y que por más que deseemos, no podrá volver, es uno de los motivos más simples y complejos para sufrir.
¿Para qué guardamos recuerdos entonces?

Me preguntaba esto, cuando comenzaron a sonar las primeras notas al piano de una canción noventera de mecano.
Inmediatamente, me inundó una sensación de tranquilidad.. de melancolía.. pero de la buena. Una melancolía que me llevó de la mano a unos años que, si bien es cierto que también tuvieron sus momentos dolorosos, el día de hoy deslumbran con un saldo positivo que me hace pensar: "Para esto guardamos recuerdos".
Por instantes de tiempo diminutos, esas notas de piano me transportaron en el tiempo y trajeron una sonrisa a mi rostro.
Y es que, si bien es cierto que en todo momento tenemos razones para tirarnos al drama, si tan solo abrimos los ojos con facilidad podremos ver que también en todo momento hay razones para sonreír.
El problema tal vez radica en que durante los momentos de dolor, el resto del entorno pierde importancia y pasa desapercibido. Pero cuando el tiempo te ayuda y lo superas, por fin observas que no todo era tan malo y puedes ver aquello como realmente era.

El día de hoy quiero apreciar lo bueno. Esquivar aquello que aqueja mi mente sin descanso, y voltear a ver el resto del mundo.
No dejaré pasar lo bueno. No pienso esperar a que en el futuro algo me recuerde mi pasado para poder ver que hay más bueno que malo en este presente.

Que viva la vida!.. con sus cosas malas.. ¡Y también las buenas!

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Hace 4 años apenas...

Escribí las siguientes palabras hace justo 4 años; en una hoja de papel amarillo, con lágrimas en los ojos y mucha rabia en el corazón. Hoy puedo leerlas con calma y atreverme a compartirlas. Hoy que aquella gota por fin se evaporó...

****************************
Eres como una gota de agua en mi cabeza. Persistente y programada para dejar vivir, pero con el riesgo latente de volverme loco.
Una sutil sensación que no incluye dolor, y que sin embargo es algo que no me deja vivir con tranquilidad.
Quisiera hablarte, saber de tí, y no puedo hacerlo de manera natural.
Te llamo por teléfono y luego cuelgo tan solo para saber que estás bien. Te espío como puedo y luego finjo que no me importas para poder sobrevivir...
Eres tan insignificante como una gota de agua... Una pequeña gota que se vuelve imprescindible cuando no hay más.
Así, de tu presencia ruego una limosna para poder un día más funcionar. ¡Que pena!, ¡Que molestia!, ¡Que tristeza!...
Siempre traté de hacerte a un lado. De luchar contra ese sentimiento que encendió dentro mío justo en el instante en que te ví por primera vez. El mismo que desde entonces, cual gato extraviado, siempre se las arregla para regresar. Silencioso e inadvertido, una y otra vez. Doloroso e indeseado, me resisto también a dejarlo ir.
Escribo cada palabra que me dicta el pensamiento como un niño en penitencia, tratando de confesarme de todo este sentimiento, y tratando de conservar la esperanza de que tal vez en algún momento terminaré de drenarte de mi cabeza y podré volver a mirarte sin darte importancia.
Escribo cada palabra que me dicta el pensamiento, para luego releerla y comprobar que aún siento algo por tí.. mi pequeña gota de agua..

martes, 16 de septiembre de 2008

Como perder la inocencia en un minuto.

Cuando abrí este blog hace tan solo unas horas, debatía en mi cabeza cuál sería la primera entrada sobre la cual escribiría. Pensaba tal vez en el amor, algo sobre el trabajo, tal vez alguna historieta o cuento inventado.. o en tantas cosas graciosas que podría contar.
Era como un regalo sin abrir.

Abrí este blog aproximadamente al medio día y, hasta las 6 de la tarde la ventana de la primera entrada permanecía abierta con tan solo unas pocas líneas escritas. La verdad es que recuerdo poco sobre ellas, pero sí recuerdo que no tenían nada que ver con el tema que terminaría siendo el centro inaugural de este espacio..
Y es que el día de hoy, a mi ciudad le fue arrebatada la inocencia.

Todos sabemos que en estos tiempos la seguridad es algo subjetivo. Hay personas que han sido asaltadas más de 15 veces en el último año, mientras que a otras (a Dios Gracias) jamás nos han tocado un pelo. Pero lo que se ha visto en esta ciudad el día de hoy, sin duda nos marcará a todos sus habitantes.

El día de hoy, en el marco de los festejos patrios de mi ciudad, alguien hizo estallar 3 Bombas. O granadas.. o algo similar..
En medio de la plaza, y dirigidas hacia personas comunes y corrientes se alistaban para gritar ¡Viva México!..

El detalle acerca de qué fue lo que ocasionó esas explosiones ya lo dirán las autoridades, y se podrá ver en todas las noticias. Lo que ahora mismo se, es que habrá muchas familias llorando a las puertas de una funeraria o de un hospital a causa de ello.
No puedo nisiquiera inventarme una razón que pudiera justificar semejante acto, y mucho menos puedo imaginarme el dolor de los familiares de esas personas que fallecieron a causa de estos eventos.
A unas cuantas horas del atentado, aún sigo rogando por que no haya algún conocido mío entre la lista de heridos. Sin embargo se que aún cuando no conozca a nadie, lo que sucedió esta noche terminará por marcar mi vida y la de muchísimos morelianos más. Por que lo que debió ser una celebración, terminó por convertirse en una tragedia.. Una tragedia en la que le han terminado de robar la inocencia a mi ciudad...